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Pasado, Presente y Futuro de la Propiedad Intelectual
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Copyright 2024 - elDial.com - editorial albrematica - Tucumán 1440 (1050) - Ciudad Autónoma de Buenos Aires - Argentina
Texto Completo
Pasado, Presente y Futuro de la Propiedad Intelectual |
Por Carlos O. Mitelman y Daniel R. Zuccherino |
Con
mucha satisfacción nos dirigimos a nuestros lectores en el
inicio de esta nueva etapa, consistente en el relanzamiento
bajo nuestra dirección del Suplemento de Propiedad
Intelectual de elDial.com. Hablamos
de “nueva etapa” porque el Suplemento tiene ya una larga
y brillante trayectoria anterior bajo la dirección del
prestigioso colega el Dr. Gustavo Giay. Nos
parece oportuno ahora y con las lógicas limitaciones de
estas pocas líneas, efectuar algunas reflexiones sobre el
pasado, presente y futuro de la propiedad intelectual -la
materia de la cual se ocupa el Suplemento- en el marco de la
historia humana. La
importancia de un incentivo. Durante
un millón de años el ser humano se dedicó a la caza y a la
recolección de plantas. Hace
aproximadamente 10.000 años surgió la agricultura
sedentaria, como mecanismo para asegurarse el alimento y en
ese sentido se criaron rebaños y se crearon los cultivos. Ello
constituyó una revolución económica fundamental que aceleró
espectacularmente el progreso material de la humanidad. Cabe
notar que la actividad básica siguió siendo la misma, ya
que no se alteró en lo sustancial respecto de la caza y la
recolección itinerante pero, el cambio fundamental que se
produjo consistió en la creación de un incentivo. En
el marco de la agricultura sedentaria las personas pasaron a
tener un derecho de propiedad sobre sus rebaños y sus
cultivos. Fue
la creación de los derechos de propiedad exclusivos lo que
posibilitó y provocó esa primera gran revolución económica. La
explosión demográfica. Pero
la disponibilidad de más alimento también disparó la
cuestión demográfica, temática que marcaría, a partir de
allí, toda la historia económica humana antigua. Malthus
(1)
había sostenido que la población
crecía en número en progresión geométrica y los recursos
en progresión aritmética, lo cual presagiaba un dramático
final. ¿En
qué consistió la revolución industrial? Pero
nuevamente la innovación trajo una respuesta: se trató del
proceso que hoy se conoce como revolución industrial. Esa
revolución, más que un proceso del que surgieron fábricas,
máquinas y barcos, constituyó en su esencia en un sistema
que elevó dramáticamente el nivel y la calidad de vida de
los hombres y mujeres occidentales. Era
un sistema rico y multilateral con profunda incidencia en
todos los aspectos de la vida humana y opuesto totalmente, en
sus características, al pasado agrícola. Un
griego de la época clásica que hubiera llegado a Inglaterra
en 1750 se hubiese encontrado con un panorama más o menos
conocido, dos siglos después para el mismo viajero del
tiempo, lo que vería constituiría para él un espectáculo
irreal e incomprensible. En
la revolución industrial, por ejemplo, los medicamentos
elevaron la expectativa de vida y la introducción de máquinas
y otros elementos trajeron enormes beneficios. Si
bien la revolución industrial trajo consigo también para
muchas personas y en muchas situaciones consecuencias muy
desagradables, las benéficas sobrepasaron en gran medida a
las primeras. Aunque,
como acabamos de señalar, tuvo muchas y diversas
consecuencias a corto y largo plazo, la mayor fue que salvó
al menos a una parte de la raza humana de las espantosas
consecuencias de la explosión demográfica, que tanto había
preocupado a Malthus. De
hecho salvaron a la población en las sociedades industriales
de la catástrofe anunciada por Malthus. La
respuesta de la creatividad. El
problema demográfico tuvo respuesta no en la tierra, sino en
la creatividad: un telar mecánico primitivo producía 20
veces lo que un obrero manual y la máquina de hilar
intermitente tenía 200 veces la capacidad de una rueca. En
el siglo XIX en Inglaterra la población se multiplicó por
cuatro y el producto nacional creció 42 veces. Los
problemas que creó la revolución industrial, palidecen
frente a las respuestas que proveyó. La
importancia de los derechos de propiedad. ¿Por
qué se produjo la revolución industrial?: según enseña el
Premio Nobel Douglas C. North en su libro “Estructura y
Cambio en la Historia Económica”, (Capítulo 12 “Una re
interpretación de la revolución industrial”), la misma, básicamente
consistió en una aceleración de la tasa de innovaciones y
dicha aceleración fue provocada por una mejor especificación
de los derechos de propiedad sobre las mencionadas
innovaciones.
En
base a lo que explica
North cabe preguntarse
¿Cuál
fue y es el elemento clave a la hora de promover la inversión
en investigación y desarrollo? Ese
elemento es la concreta protección jurídica que se dispense
a la propiedad intelectual, otorgando al innovador un derecho
de propiedad sobre su creación. En
esta línea de pensamiento, ha señalado el mencionado
Douglas C. North que el beneficio de invertir en nuevos
conocimientos y desarrollar nuevas técnicas exige un cierto
grado de derechos de propiedad sobre las ideas y la innovación. En
su ausencia, es posible que no se pueda disponer de la nueva
tecnología. Consecuentemente
destaca que el fracaso en el desarrollo sistemático de
derechos de propiedad sobre las innovaciones, hasta tiempos
relativamente recientes, es una de las fuentes principales
que explican situaciones de lento ritmo de cambio tecnológico. En
ese sentido North sostiene que las instituciones son más
importantes que la tecnología a la hora de explicar el
desarrollo económico, dado que son las instituciones las que
proporcionan la infraestructura para tal desarrollo.(2)
(ver en igual línea de pensamiento nuestro comentario -en
esta edición- a la reciente Cumbre
Celac-UE) Presente. Y
llegamos a la actualidad, donde el auge tecnológico y el
auge de la propiedad intelectual han alcanzado un nivel de
actividad inventiva y creativa sin precedentes en toda la
anterior historia humana. Asistimos
a la incorporación de la tecnología a todos los ámbitos de
la vida cotidiana, de tal manera de que se sostiene que el
80% de todos los científicos que han existido están vivos
hoy. El
conocimiento se duplica cada tres o cuatro años, la
información crece más rápido que la capacidad humana de
procesarla. En
ese escenario crece constantemente el valor de la
infraestructura “suave” (Marcas, patentes e información
confidencial, etc.), por sobre la infraestructura “dura”
(edificios, fábricas, etc.). La
propiedad intelectual evoluciona constantemente y de manera
permanente surgen nuevas creaciones y aspectos que requieren
protección. El
ADPIC. En
el marco de ese proceso, es la propiedad intelectual una de
las ramas del derecho que se internacionaliza en mayor medida
y con más fuerza, sobre todo a partir de la sanción del
ADPIC. Dicho
auge es todavía más notable si recordamos lo que decía
Garrigues en 1978, respecto de que el derecho comercial era
en ese entonces “el pariente rico y el derecho industrial
el pariente pobre”.
Lo
decía el célebre jurista español al prologar la obra de
Hermenegildo
Baylos
Corroza "Tratado de Derecho Industrial". Madrid
.1978. (3) En
fecha tan reciente como en 1978 -destacaba el autor
mencionado- que en España el Derecho Industrial adolecía de
escasez en la doctrina científica, salvo honrosas
excepciones y la Universidad no había podido estimular y
promover esta rama del derecho, porque tal clase de estudios
carecía de un lugar propio en sus cuadros de enseñanza. En
la actualidad , sin embargo esa realidad ha cambiado
totalmente y hoy resulta claro que los derechos intelectuales
e industriales merecen y tienen plena autonomía didáctica
en el marco de una relevancia cada vez mayor en el marco económico
e incluyen los más heterogéneos derechos, unos vinculados a
la persona del empresario y a su empresa (Marcas, Patentes,
Nombre Comercial, Defensa contra la competencia desleal,
etc.) y otros que nacen con independencia de la empresa, como
el derecho de autor. Futuro. Respecto
del futuro podemos señalar el insustituible rol de la
propiedad intelectual como incentivo para la creación de
nuevos medios de creación de riqueza. Y
muy especialmente como actor esencial
en los campos donde se anticipan los más grandes
avances: los campos de la biotecnología, de la tecnología
de la energía, de la nanotecnología, etc. Por
ejemplo, el proceso mundial de creciente demanda de alimentos
subraya la importancia y la potencialidad de la biotecnología
(cuando operan los correctos incentivos). Un
caso testigo es de las nuevas semillas que producen cosechas
resistentes a la sequía y a las heladas, lo que produce un
cambio inimaginable, al reducir la dependencia del clima. Todo
ello resalta la urgencia y la necesidad de una mayor
concientización respecto de las ventajas de la protección sólida
y adecuada y una gestión eficaz de los activos de propiedad
intelectual en esta sociedad post industrial del
conocimiento.
(1)
Malthus, T. R.: "An Essay on the Principle of
Population as It Affects the Future Improvement of
Society". Pág.
13. Londres 1798, reimpreso con notas por J. Bonar, Nueva
York 1965, citado por Kennedy, Paul: "Hacia el
siglo XXI" pág. 33). Plaza
& Janés
Editores S.A. 1993. (2)
North,
Douglas C.:
“Estructura y cambio en la historia económica”, pág.
188, Alianza Editorial S. A., Madrid,1984. (3)
Conforme
Garrigues, Joaquín en Baylos
Corroza, Hermenegildo.: "Tratado de Derecho
Industrial". Editorial Civitas. Madrid. 1978.
Págs.
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